Palmeiras: Solidez, experiencia y jerarquía colectiva

Las claves del Verdao que va a enfrentar el Boca de Almirón.


Es cierto que no tiene el brillo de otros conjuntos brasileños como Fluminense, Inter o
como las mejores versiones de Flamengo. También es verdad que no posee la fluidez
de 2020 y 2021, cuando alcanzó la cima en la Copa Libertadores y que en el Brasileirao,
donde marcha segundo de Botafogo a siete puntos de la vanguardia, convierte pocos
goles. A punto tal que marcó cuatro en los últimos cincos encuentros y viene de caer
contra Gremio 1-0. Además no contará con una carta determinante como Dudú, quien
se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha, en el partido de ida de la serie de
cuartos de final ante Deportivo Pereira, que pasó sin despeinarse.
No obstante, la Sociedade Esportiva Palmeiras por su roce internacional y su
funcionamiento mecanizado será un rival de sumo peligro para esta versión de Boca
que dirige Jorge Francisco Almirón, que no terminar de arrancar.
Si tuviéramos que destacar algunos aspectos del Verdao, podríamos decir que es un
cuadro sólido, con mucha experiencia y posee jerarquía individual, como así también
colectiva.
Uno de sus puntos fuertes del equipo que dirige el portugués, Abel Ferreira es el sector
defensivo, que puede formarlo con cuatro jugadores o tres centrales y dos por afuera.
Ya sea con cuatro o tres zagueros, el líder en ese último sector de la cancha es el
paraguayo, Gustavo Gómez. El campeón con el Lanús dirigido por Almirón en 2016, ha
sido clave en este proceso virtuoso y ganador de Palmeiras, con su voz de mando, la
fortaleza para los cruces y su buen juego aéreo.
Otro elemento positivo es la trepada del uruguayo internacional, Joaquín Piquerez que
actúa como lateral por izquierda y llega con decisión.
Del medio para adelante también existen atributos en el rival del Xeneize como para
tener en cuenta. Uno es Mayke. Jugador versátil que se desempeñaba como lateral por
derecha y que ahora desde la lesión de Dudú, está jugando como una especie de
extremo por ese mismo sector, en un caso bastante similar al de Luis Advíncula en
Boca.
Asimismo Boca deberá tener cuidado con Raphael Veiga. Un mediocampista o media
punta con desequilibro y mucho gol, que asimismo es uno de los que nutre Rony. Otra
de las figuras de este Palmeiras y finalizador en la ofensiva de todo lo que produce el
equipo.
No podemos soslayar en esta radiografía la figura del mencionado, Abel Ferreira. El
entrenador portugués y admirador de Marcelo Gallardo, le ha aportado un plus al
Verdao, diversas soluciones tácticas y lo ha convertido en un conjunto ganador. Tanto

a nivel local donde obtuvo dos veces el campeonato Paulista y en tres ocasiones el
Brasileirao, como en el plano de la Libertadores de América, en el cual el rival de Boca
de hoy se consagró en 2020 y 2021, además de arribar a la semifinal en 2022.
Este es Palmeiras. Un conjunto pérfido, bien trabajado, que prioriza el todo por encima
de la suma de las partes, que aprovecha la localía en una superficie poco habitual
como el sintético del Parque Antártica, que no necesita ser el dominador del
espectáculo para convertir y que tratará de imponer su solidez, la experiencia, su
jerarquía colectiva y su estirpe ganadora de estos últimos años, para amargarle la
fiesta a este Boca. Por tanto, el cuadro de la Ribera no deberá conceder errores
gratuitos y ser contundente cuando se le presenten momentos de dominio en esta
serie, que será tan cerrada como difícil, aunque para nada imposible y que reeditará
un viejo clásico de finales de los 90 y principios de los 2000, y que tuvo en la
Libertadores, otros episodios como el de 2018 y el de 1994.
Su historia
Si bien el recorrido en la Copa Libertadores de América es más corto que el de Boca,
Palmeiras es uno de los conjuntos más grandes del continente y cuenta con páginas
gloriosas para su palmarés a lo largo de la historia.
En 1961 jugó su primera final continental. En ese conjunto, brillaba Djalma Santos.
Zaguero bicampeón campeón del mundo con Brasil en 1958 y 1962. Y en dicha
oportunidad el Verdao, no pudo con Peñarol (campeón reinante por el título
conseguido en 1960 y que luego sería campeón de la Intercontinental). El global fue 2-
1, producto de una victoria del Mirasol por 1-0 en el Centenario y una igualdad 1-1 en
el Pacaeumbú, que consagró al elenco donde destacaban, William Martínez, Roberto
Matosas, Luis Cubilla y Alberto Spencer, entre otros.
En 1968, volvió a quedar en las puertas del título. En este caso el verdugo fue el
glorioso y revolucionario Estudiantes dirigido por Osvaldo Juan Zubeldía que se impuso
en tres juegos. El conjunto paulista, que tenía en sus filas a Ademir Da Guía, Dudú y
Tupazinho como principales estandartes, cayó 2-1 en La Plata, ganó 3-1 la revancha en
el Pacaembú, pero terminó cediendo en el tercer encuentro disputado en el
Centenario, en el cual se inclinó por 2-0.
La gloria finalmente llegó en 1999. Cuando de la mano de Luiz Felipe Scolari, consiguió
su primera estrella a nivel continental, luego de postergar por penales en la final a
Deportivo Cali. El equipo tenía en sus filas a jugadores de alta gama en todas sus líneas.
Un arquero como Gustavo, en el fondo, zagueros del calibre de Chiqui Arce y Roque
Junior, en el medio brillaban Alex, César Zampaio y Zinho (campeón del Mundial de
EEUU con Brasil) y arriba contaba con dos delanteros muy picantes como Euller y Evair.

El resto es historia conocida. La final de 2000 donde cayó ante el Boca de Carlos
Bianchi que así iniciaba su ciclo inolvidable, por penales en el Morumbí y los lauros
recientes de 2020 y 2021, con Abel Ferreira como DT.

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