Son más errores de los que se pueden aceptar
Las reiteradas eliminaciones tempranas de las competiciones en 2025 tornan insostenible el clima institucional de Boca. Esta vez, fue en la Copa Argentina 2025, luego de perder 2 a 1 con Atlético Tucumán.
El domingo 8 de diciembre de 2019, el régimen macrista que encarnaba Daniel Angelici sufrió un duro golpe al ser derrotado por un margen importante ante el trinomio Ameal – Riquelme – Pergolini y, a los 3 meses (el 7 de marzo) obtuvo su primer título: de arremetida y de la mano de Miguel Angel Russo, le birló en la última fecha de la Superliga 2019/2020 al River de Gallardo, superándolo por 1 punto.

Luego vinieron la Copa Maradona 2020, La Copa Argentina 2021 y los titulos obtenidos en 2022: la Copa de la Liga y la Liga Profesional, con Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra respectivmanete como responsables tácticos. Desde entonces, la rama masculina del futbol profesional no ha vuelto a cosechar resultados positivos mas allá del subcampeonato de America de 2023, con Jorge Almirón al frente del equipo.

No se puede obviar de ninguna manera que, enfrente, está el destino de Sociedad Anomina Deportiva que el macrismo quiere instalar en el club desde hace mas de 25 años y el presente institucional y político de la Argentina es más que propicio para que, si Juan Román Riquelme no da un giro a su gestión al frente del fútbol profesional masculino, se concrete más temprano que tarde en el club más popular del país.

De nada servirá, como argumento válido – que para quien escribe sí lo es – que el club haya crecido de manera exponencial desde el punto de vista deportivo en otras disciplinas como el basket – al que Daniel Angelici querá condenar al amateurismo -, el Voley – al que Mauricio Macri queria enviar al destierro vendiendo la plaza – y demas disciplinas que, desde la llegada de Ameal y Riquelme, han vuelto a estar en la cima del rendimiento.

Con un cerco merdiático implacable que actúa como vocero opositor, la lógica instalada es que sólo sirve el resultado deportivo del fútbol profesional masculino para medir la gestión integral de un club que ha vuelto a ser de la gente; que ha retornado al sendero de devolverle al barrio lo que sus ciudadanos le demandan y que sólo sirve ganar la Copa Libertadores de América o la Copa Argentina.

Es cierto que la grandeza histórica del club exige resultados positivos y de ninguna manera se esquivan las razones del enojo del hincha genuino: el equipo juega mal, no obtiene resultados y, de seguir en este rumbo, la palabra descenso va a ser una amenaza cada vez mas cercana, mas allá de la utilización política que los sectores que quedaron fuera de la gestión van a ejecutar a partir de hoy, cuando socios y no socios se reunan en las puertas de La Bombonera para exigir la renuncia de la actual Comisión Directiva y, en especial, del Consejo de Fútbol que integran Mauricio Serna, Marcelo Delgado y Raúl Cascini.

Tampoco se puede soslayar un concepto que sobrevuela la densa atmósfera de La Bombonera: ¿Son los técnicos o los jugadores los responsables de una seguidilla de malas campañas? Lo cierto es que se suceden los nombres de los entrenadores pero los de los jugadores siguen siendo vertebralmente los mismos, mas allá de algún cambio de nombre en algun puesto.

Días agitados esperan a la vida institucional de Boca. Habrá que estar atentos.