La fiesta inolvidable

Después de un primer tiempo para el olvido, Boca lo ganó con holgura en la parte final: dos dobletes de Equi Fernández – crack total – y Merentiel dieron vuelta un trámite por demás adverso. Del triste 0-2 de la primera etapa al eufórico 4-2 del final hubo un abismo de rendimiento.

En algunos pasajes de las transmisiones de BOCA PARA TODO EL MUNDO en Youtube, el relator deslizó que “Boca se gastó toda la guita en el triunfo ante River y después se quedó sin crédito”. Claro, la alusión era en relación a que había hecho todo el gasto de fútbol y goles en el partido mas imporante del semestre y, luego, no volvió a repetir una actuación similar. Esto se repitió hasta el final del primer tiempo del partido ante Central Córdoba, en el Estadio Único Madre de Ciudades.

Despues del golpe que significo el empate ante Fortaleza y de arrastrar una derrota dificil de defender ante Atletico Tucuman, Boca llegó a Santiago del Estero con la necesidad de cambiar el rumbo de su funcionamiento: ante Atlético había sido prácticamente nulo; por el contrario, ante los brasileños había logrado un funcionamiento más sólido, pero la efectivdad no sacó entrada para esa noche de La Bombonera.

El primer tiempo pasó con mucha pena y sin nada de gloria para Boca: apenas un par de intentos truncados por el arquero Ingolotti – principalmente, el tiro a quemarropa que le tapo a Zenón en el promedio del primer tiempo -, pero no hubo mucho mas de la escuada auriazul: los goles de Atencio y Sanabria – al comienzo y final de la etapa inicial – fueron la lápida con la que se sentenciaron los 45´ prologarios.

El comienzo de la segunda parte mostró a Boca mucho más agresivo y organizado, por eso no tardó en llegar el urgente descuento: una pelota que quedó boyando en ala derecha del área grande fue perfectamente aprovechada por Ezequiel Fernández, que remató de zurda al palo derecho de la valla local, dejando sin posibilidad al arquero del Ferroviario.

5 minutos mas tarde, una gran asistencia de Luca Langoni a la altura de la medialuna lo puso a Merentiel camino del gol: el uruguayo de Paysandú se metió entre los centrales, tiró la gambeta larga contra Ingolotti a lo Caniggia contra Brasil en el Mundial del ´90 y definió de zurda, al primer palo, para conseguir el empate para Boca.

El desarrollo del segundo tiempo, a partir de la paridad en dos goles, ofreció un mejor desempeño de la visita, contra un equipo local que pareció haber entregado todo en el 2-0 del primer tiempo. El fundamento fue la reorganización defensiva de Boca, con Pol Fernández colocado entre los juveniles marcadores centrales Di Lollo y Mendía; el gran capítulo final de Marcelo Saracchi en un perfecto émulo del Matellán de 4 de las épocas de Bianchi; el olfato goleador siempre despierto de Miguel Merentiel y, al decir de Eduardo Ronco, la labor imperial de Ezequiel Fernández en la mejor actuación que se le vio en Boca, con la rúbrica de dos goles extraordinarios.

Fue una gran victoria de Boca. Sólo habrá que determinar cuál de las dos versiones que ofreció

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