Y un día, su pueblo lo aclamó…
Martin Palermo fue recibido a toda emoción en una Bombonera que vibró con la vuelta del ídolo y goleador máximo del club, en la previa del encuentro su equipo Platense y los locales por la cuarta fecha de la Liga Profesional.
Desde temprano las calles que rodean el estadio Alberto J. Armando mostraban el color de los grandes acontecimientos, en su paredes se presagiaba el regreso del Titán.
En el circulo central se desplegó una bandera sobre el césped que decía: “Bienvenido a tu casa Martin Palermo”. Debajo de ella estaba el escudo xeneize.
La gran duda que se instalaba en el mundo Boca era si Juan Román Riquelme, el máximo ídolo del Xeneize, iba a bajar a darle la plaqueta y sacarse una foto que hubiese sido el sueño de todo hincha de Boca.
Sin embargo el vicepresidente de Boca optó por permanecer en su habitual palco y dejarle a Palermo el protagonismo en su homenaje.
Cuando ingresaron ambos equipos a la cancha, el técnico de Platense ingresó por separado a sus jugadores y el estadio tembló una vez más: el “muchas gracias Palermo lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida” y la clásica “los goles de Palermo que ya van a venir” tronaban como en los 2000.
Mauricio Serna y Marcelo Delgado, integrantes del Consejo de Fútbol de Boca, le entregaron una plaqueta y un cuadro con la camiseta con el clásico número 9.
Martin Palermo es la tercera vez que viene al estadio Alberto J. Armando como entrenador: antes lo había hecho como técnico de Godoy Cruz y Arsenal de Sarandí.
Como futbolista en Boca jugó 404 partidos y convirtió 236 goles, siendo el anotador máximo del club de la Ribera. En su carrera con la camiseta azul y oro consiguió 14 títulos (8 locales y 6 internacionales), y los más importantes fueron la Copa Intercontinental del 2000 y las Copas Libertadores del 2000 y 2007.